Si bien en la literatura pedagógica tiende a verse la relación aprendizaje colaborativo -
cooperativo como sinónimos, la diferencia esencial entre estos dos procesos de
aprendizaje es que en el primero los alumnos son quienes diseñan su estructura
de interacciones y mantienen el control sobre las diferentes decisiones que
repercuten en su aprendizaje, mientras que en el segundo, es el profesor quien
diseña y mantiene casi, por completo el control en la estructura de
interacciones y de los resultados que se han de obtener.
Uno de los precursores de este nuevo modelo
educativo fue el pedagogo norteamericano John Dewey. El trabajo
cooperativo contribuye en el desarrollo de habilidades comunicativas, trabajo
en grupo y flexibilidad en el pensamiento, se basa en la formación de grupos
heterogéneos, interdependencia positiva (capacidad de comunicación entre
miembros del grupo), y responsabilidad individual, la que se podrá apreciar en la presentación
pública de la tarea realizada.
El desarrollo del aprendizaje colaborativo que
algunos autores recomiendan utilizar entre
el 60% y el 80% del tiempo en clase.
Para
ello el docente deberá tomar el currículo y su programa de clases y
reorganizarlo cooperativamente. Diseñar clases cooperativas, diagnosticar
problemas que puedan tener los alumnos para trabajar juntos e intervenir para
mejorar la eficacia de estos.
Materiales didácticos: Los
mismos que materiales curriculares que en el aprendizaje individualista, se
puede optar por que cada miembro del grupo tenga un juego completo de dichos
materiales o que exista sólo un juego en el grupo (especialmente al inicio para
obligar a los alumnos a trabajar juntos para cumplir con las tareas). Para ello
es necesario que los miembros del grupo puedan sentarse cerca entre sí.
Equipos-juegos-torneos para
medir el rendimiento grupal.
Conformar
grupos, en general es mejor que sean grupos
heterogéneos compuestos por estudiantes con distintos rendimientos e
intereses, lo cual aporta diferentes perspectivas. Un método puede para lograr
esto puede ser formar los grupos al azar o de forma estratificada.
En
cuanto a la disposición del aula, para emplear con eficacia el aprendizaje
cooperativo, hay que arreglar el aula de modo que los alumnos tengan un fácil
acceso a los demás, al docente y a los materiales que necesitan para ejecutar
las tareas asignadas. El arreglo del aula debe permitirles a los alumnos
cambiar la composición de los grupos con rapidez y en silencio. Durante una
clase, el docente necesitará que los alumnos pasen de formar grupos de tres (o
cuatro) a trabajar de a pares, y luego volver a reunirse en tríos; esto
requiere que la disposición del aula sea flexible.
Papel
del profesor: Planificador, observador, mediador.
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